I n i c i o :
M i g u e l
H i d a l g o y C o s t i l l a
D e c l a s e
s o c i a l m e d i a b a j a
E s t u d i ó e n
e l c o l e g i o d e
S a n N i c o l á s , V a l l a d o l i d ( a c t u a l M o r e l i a ) e l
á r e a d e f i l o s o f í a y
t e o l o g í a .
F u e r e c t o r d e l
C o l e g i o d e S a n
N i c o l á s y c u r a
d e D o l o r e s e n
G u a n a j u a t o
L o q u e
l o m o t i v o a l m o v i m i e n t o r e v o l u c i o n a r i o f u e
l a h u m i l l a n t e y
v e r g o n z o s a s u j e c
i ó n a l a
P e n í n s u l a , q u e s e
h a b í a d e s p o j a d
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l a N a c i ó n M e x i c a n a d e
d e r e c h o s s a c r o s a
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e i m p r e s c i n d i b l e s
F u e q u i e n
d i o i n i c i o a
l a r e v o l u c i ó n
|
(Miguel
Hidalgo y Costilla; San Diego Corralejo, Guanajuato, 1753 - Chihuahua, 1811)
Patriota mexicano conocido también con el sobrenombre de El cura Hidalgo. Considerado
como el padre de la patria mexicana, fue el iniciador de la lucha por la
independencia.
Hijo
segundo de don Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de la hacienda de
San Diego Corralejo, y de doña Ana María Gallaga Mandarte, tuvo tres hermanos.
A los 12 años marchó a la ciudad mexicana de Valladolid (actual Morelia), donde
realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás. Ya bachiller en 1770, marchó
a al ciudad de México para cursar estudios superiores.
En
1773 se graduó como bachiller en filosofía y teología, y obtuvo por oposición
una cátedra en el mismo Colegio de San Nicolás. Durante los años siguientes
realizó una brillante carrera académica que culminó en 1790, cuando fue
nombrado rector del Colegio de San Nicolás. En 1778 fue ordenado sacerdote; al
recibir las órdenes sagradas ocupó varias parroquias, hasta que a la muerte de
su hermano Joaquín, en 1803, lo sustituyó como cura de Dolores, en Guanajuato.
Hombre
muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, las puso en
práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, en el intento de
mejorar sus condiciones económicas y de vida. Para ello les enseñó a cultivar
viñedos, criar abejas y dirigir pequeñas industrias, lo que le valió el apoyo
incondicional de sus feligreses.
En
1808, la invasión a España por las tropas napoleónicas y la consiguiente
deposición de su monarca Carlos IV, y de su hijo Fernando VII, generaron gran
oposición tanto en España como en América. Surgieron entonces numerosos grupos
de intelectuales que discutían en torno a los problemas de la soberanía y la
forma de gobernarse. En 1809 Hidalgo se unió a una de esas sociedades secretas,
formada en Valladolid, cuyo fin era reunir un congreso para gobernar el
Virreinato de Nueva España en nombre del rey Fernando VII, que en ese momento
se encontraba preso de Napoleón, y en último caso lograr la independencia.
Los
conjurados planeaban levantarse en armas contra el virrey de Nueva España el
primero de octubre de 1810, pero fueron descubiertos a mediados de septiembre.
Hidalgo y algunos otros conspiradores lograron ponerse a salvo gracias al aviso
de Josefa Ortiz de Domínguez y se trasladaron a Querétaro, donde Hidalgo se reunió con
Ignacio Allende.
El
16 de septiembre de 1810, Hidalgo enarboló un estandarte con la imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe, patrona de México, en el que se podía leer: "Viva la
religión. Viva nuestra madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la
América y muera el mal gobierno". Hidalgo lanzaba así el llamado Grito de Dolores, que supuso el
inicio de la revuelta; junto con Allende, consiguió reunir un ejército formado
por más de 40.000 miembros.
El
21 de septiembre, el ejército de Hidalgo y Allende capturó Celaya, por lo que
Hidalgo fue nombrado capitán general del Ejército Libertador e Ignacio Allende
fue ascendido a teniente general. El obispo electo de Michoacán publicó un
edicto el 24 de septiembre en el que eran excomulgados Hidalgo, Allende, Aldama
y Abasolo. Seguidamente tomó las ciudades de Salamanca, Irapuato y Silao, hasta
llegar a Guanajuato.
El
17 de noviembre Hidalgo se encaminó hacia Valladolid con siete mil hombres de
caballería y doscientos cuarenta infantes, todos mal armados, entrando el 26 en
Guadalajara, pero no logró llegar a la ciudad de México. En Guadalajara,
Hidalgo expidió una declaración de independencia y formó un gobierno
provisional; además decretó la abolición de la esclavitud, la supresión de los
tributos pagados por los indígenas a la Corona y la restitución de las tierras
usurpadas por las haciendas. A finales de año había perdido ya Guanajuato y
Valladolid.
El
11 de enero de 1811 fue derrotado cerca de Guadalajara por un contingente de
soldados realistas. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y Zacatecas, con la
intención de llegar a Estados Unidos para buscar apoyos a su causa, pero fue
traicionado por Ignacio Elizondo y capturado en las Norias de Acatita de Baján
el 21 de mayo de 1811. Conducido a Chihuahua, Hidalgo fue juzgado en consejo de
guerra y condenado a muerte. Lo degradaron como sacerdote y lo fusilaron en la
mañana del 30 de julio de 1811. Su cabeza, junto con la de Allende y otros
insurgentes, se exhibió como castigo en la alhóndiga de Granaditas de
Guanajuato.
J o s e f a O r t í z
d e D o m i n g u e z
D e c l a s e m e d i a
E s t u d i o e n
e l c o l e g i o d e
l a s V i z c a í n a s , a l l í
a p r e n d i ó a l e e r ,
e s c r i b i r , n o c i o n
e s b á s i c a s d e
l a s m a t e m á t i c a
s
S u p a d r e
J u a n J o s é O r t í z
f u e c a p i t á n d e l
r e g i m i e n t o d e l o s
m o r a d o s
L o q u e
l a m o t i v o f u e r o n l o s
p r o b l e m a s d e l a
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l a c u a l e r a
d e s c e n d i e n t e
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f u e u n a p r o p o s i c i ó n a
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c o r t e c o m o d a m a
d e h o n o r d e
A n a
D u a r t e d e I t u r b i d e , e l
c u a l r e c h a z o p o r
i d e a l e s d e l a
g u e r r a
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(Valladolid,
hoy Morelia, México, 1768 - Ciudad de México, 1829) Patriota mexicana y heroína
de la independencia de México, conocida también por el apodo de la Corregidora
de Querétaro.
Nacida
en el seno de una familia de españoles de clase media, Josefa Ortiz de
Domínguez fue bautizada el 16 de septiembre de 1768 con los nombres de María de
la Natividad Josefa. Su padre, Juan José Ortiz, fue capitán del regimiento de
los morados y murió en acción de guerra, cuando ésta contaba con pocos años de
edad. Tras la muerte de su madre, María Manuela Girón, se hizo cargo de su
educación su hermana María, la cual solicitó su ingreso en el Colegio de San
Ignacio de Loyola.
Durante
los años que permaneció en el colegio aprendió a leer, escribir y nociones
básicas de matemáticas, además de lo que se consideraba en la época que debía
aprender una señorita de su clase social, de este modo aprendió a bordar, coser
y cocinar.
Josefa Ortiz de Domínguez
En
el año 1791 contrajo matrimonio con el Miguel Domínguez, el cual en aquellos
años trabajó en la secretaria de la Real Hacienda y en la oficialía del
virreinato de Nueva España. Gracias a sus buenas relaciones con el virrey Félix
Berenguer de Marquina, Miguel Domínguez, fue nombrado Corregidor de Querétaro
en el año 1802. Durante estos primeros años de matrimonio, Josefa por su parte
se hizo cargo de las labores domesticas y de la crianza y educación de los dos
hijos de su esposo, puesto que Miguel era viudo cuando contrajeron matrimonio.
Todo parece indicar que la pareja fue feliz y durante los años que
permanecieron casados tuvieron doce hijos.
Además
de estas labores domésticas, Josefa Ortiz de Domínguez se mostró muy
identificada con los problemas de la clase social de los criollos, a la cual
pertenecía por ser descendiente de españoles; ya que a pesar de las reformas
realizadas tras la llegada de los Borbones a España (1700), se perpetuó la
tradición de que fueran españoles, nacidos en la península, los que ocuparan
los altos cargos de la administración virreinal y del ejército, relegando así a
los criollos a los puestos secundarios.
Josefa
defendió sus intereses de clase y también se hizo eco de las reivindicaciones
de indios mexicanos, los cuales vivían en condiciones lamentables. Por este
motivo durante toda su vida, intentó que se reconocieran los derechos de los
indígenas y además aprovechó su posición, como mujer del corregidor, para
llevar a cabo numerosas obras de caridad.
En
1808 se produjo la invasión napoleónica de España, la cual tuvo como
consecuencia el inicio de la guerra de la Independencia y la formación de las
juntas de gobierno, ante la ausencia de Fernando VII. Las noticias llegadas de
España en 1808 parece que iniciaron el movimiento independentista de México, ya
que tras las primeras muestras de apoyo al rey comenzó a fraguarse en algunas
mentes la idea de separarse totalmente de España.
Tras
un intento fallido del virrey para formar una junta de gobierno independiente
se produjeron las primeras conspiraciones destinadas a acabar con el orden
establecido. Miguel Domínguez, como corregidor, apoyó al virrey en su decisión
de formar una Junta de gobierno, pero ante la imposibilidad de llevar estos
planes a la práctica, se hizo partidario de los ideales independentistas,
parece que a instancias de su mujer, que se convirtió en una firme colaboradora
del movimiento.
Así,
tras los primeros momentos de confusión, cada vez se hizo más claro para
muchos, la necesidad de construir en México un Estado en el que imperaran los
valores democráticos. Esto influyó notablemente en el matrimonio Domínguez, que
abrió su casa a unas hipotéticas reuniones literarias, aunque en realidad se
mantenían reuniones de carácter político, con posterioridad en ellas se
tomarían decisiones para iniciar el movimiento revolucionario en la zona,
bautizado tiempo después como la conspiración de Querétaro.
A
estas reuniones políticas en casa de los corregidores, acudieron algunos de los
más famosos revolucionarios de los primeros momentos de la independencia
mexicana, como es el caso de los capitanes Arias, Aldama e Ignacio Allende, el
cual parece que fue pretendiente de una de las hijas de Josefa.
El
13 de septiembre de 1810 se informó al juez eclesiástico Rafael Gil de León,
que se estaba preparando una conspiración en Querétaro para proclamar la
independencia de México, puesto que se estaban almacenando armas en las casas
de los simpatizantes del movimiento revolucionario. Rápidamente dicho juez
informó al corregidor Domínguez para que interviniera en el asunto.
O r g a n i z a c i ó n
J o s é M a r í a M o r e l o s y P
a v ó n
D e c l a s e m e d i a
E s t u d i o g r a m á t i c a l e t r a s e n
e l c o l e g i o d e
S a n N i c o l á s , f u e
s u r e c t o r d o n
M i g u e l H i d a l g o y
C o s t i l l a
S u p a d r e
M a n u e l M o r e l o s e r a
c a r p i n t e r o
T e n í a u n a
c a r r e r a s a c e r d o t
a l y s e
e n c a r g o d e h a c e r
c a m p a n a s d e s p u é
s d e l a
m u e r t e d e
d o n H i d a l g o
P e n s a b a u n i r s e a
l a m i s i ó n d e
d o n H i d a l g o , y
e s t e . l e c o m i s i o n ó i r
e n b u s c a d e
t r o p a s
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(José María Morelos y Pavón;
Valladolid, actual Morelia, 1765 - San Cristóbal Ecatepec, 1815) Religioso,
político y militar mexicano, caudillo de la independencia de México. Asumió
el liderazgo del movimiento independentista tras la muerte en 1811 del cura
Hidalgo (a cuya causa se había unido en 1810) y logró importantes victorias
en el sur. Trató además de dar forma política a sus ideales de justicia e
igualdad a través del Congreso de Chilpancingo (1813), que formuló la
declaración de independencia, otorgó a Morelos un amplio poder ejecutivo y
puso las bases para una Constitución liberal y democrática que sería aprobada
en 1814.
José María Morelos era hijo de
Manuel Morelos, carpintero de ascendencia india y de Juana María Pérez Pavón,
criolla, cuyo padre había sido maestro de escuela en la ciudad. Durante
catorce años, además de las primeras letras que le enseñó su madre, sólo se
sabe que ayudó en lo que pudo para el sostenimiento de la familia.
José María Morelos
La muerte del padre en 1779
significó un importante cambio. Confiado a la custodia de su tío Felipe
Morelos, se trasladó a una hacienda cerca de Apatzingán (Michoacán) y se
dedicó primero a la labranza y, poco después, a conducir como arriero una
recua de mulas que su tío empleaba para transportar los ricos cargamentos de
mercancías entre el puerto de Acapulco, terminal de los galeones de Manila, y
la ciudad de México. Esta actividad le proporcionó unos ingresos regular, que
el joven Morelos invertía en comprar mulas y sostener a su madre y hermana.
Así vivió
hasta cumplir los 25 años; en 1790, ante la insistencia de su madre, que
deseaba su ingreso en la carrera eclesiástica con la ilusión de que accediese
a una capellanía o beneficio dejado por su bisabuelo materno, se separó de su
tío Felipe y regresó a Valladolid para ingresar en el colegio de San Nicolás.
Allí tuvo ocasión de conocer al rector Miguel Hidalgo y Costilla, con el que
coincidió durante dos años. Estudió gramática y latín y dos años más tarde
amplió estos estudios en el Seminario Tridentino de la misma ciudad,
recibiendo instrucción en retórica y filosofía. El 28 de abril de 1795
recibió el título de bachiller de artes en la ciudad de México.
Poco después solicitó de la jerarquía
eclesiástica de Valladolid que se le confiriesen la tonsura clerical, las
cuatro órdenes menores y el subdiaconato, lo que consiguió a finales de ese
mismo año. En abril de 1796 aceptó una oferta del cura de Uruapan para
enseñar gramática y retórica a los niños del lugar, tras recibir la licencia
correspondiente. Tras algunos años de ejercicio, el 20 de diciembre de 1797,
cumplidos los 32 años de edad, fue promovido al sacerdocio, otorgándosele
licencias para celebrar misa, oír confesiones y predicar en Uruapan y curatos
vecinos.
Se iniciaba así una larga carrera
sacerdotal que le llevó a ejercer de cura párroco, primero en un marginado
distrito de Churumuco, etapa durante la cual falleció su madre en Pátzcuaro.
Morelos permaneció en Churumuco durante poco más de un año, hasta que en
marzo de 1799 se le transfirió a la parroquia de Carácuaro, a unos 50
kilómetros de distancia, tan pobre como la anterior pero mucho más poblada.
En Carácuaro vivió Morelos toda una década, administrando la parroquia y viviendo
de las aportaciones de sus feligreses, que se resistían por todos los medios
al pago de los impuestos eclesiales.
Durante este periodo mantuvo y
mejoró un negocio de ganado que había iniciado en la época de arriero,
administró la herencia de su madre, transfirió a su hermana la casa familiar
(actualmente Casa de Morelos en la ciudad de Morelia) y tuvo dos hijos
ilegítimos. Más tarde, durante el periodo revolucionario, tuvo dos hijos más.
En 1807 compró en Valladolid una casa a la que aumentó otro piso en 1809, sin
que se tenga la menor certeza de que le llegara noticia alguna de que se
estaba preparando una revolución. Bien es cierto que los historiadores
señalan la creciente insatisfacción y en todo caso la frustración de Morelos,
acumulada a lo largo de muchos años de cura parroquial.
En octubre de 1810, conocedor del levantamiento
de Miguel Hidalgo, que había sido su rector en
San Nicolás, decidió visitarle y hablar con él. Al parecer, su intención era
la de ofrecerse como capellán, pero una vez llevado a cabo este encuentro el
20 de octubre, Hidalgo lo convenció de que aceptara una misión más
importante: marchar a la costa del sur, reunir tropas y tomar el
puerto de Acapulco, que Morelos conocía muy bien. El 25 de octubre,
acompañado de una veintena de voluntarios mal armados, Morelos partió de
Cuarácaro hacia las tierras calientes del sur, en calidad de lugarteniente de
Hidalgo.
La actividad insurgente de Morelos
duró cinco años, a lo largo de los cuales fue capaz de desarrollar cuatro
campañas militares, además de una obra política, doctrinal y administrativa
en la que se recoge un pensamiento avanzado, innovador y cargado de sentido
popular y social. Se le reconoce un incipiente genio de estratega militar,
despiadado y cruel en algunas ocasiones, y capaz de enfrentarse y doblegar en
varias ocasiones a los ejércitos realistas superiores en número, bajo el
mando del temible Félix María Calleja.
|
|
N i c o l á s B r a v o
D e c l a s e
a l t a
E s t u d i o u n a
c a r r e r a m i l i t a
r e n G u e r r e r o b a j o
e l t u t e l o d e
H e r m e n e g i l d o
G a l e a n a y
J o s é M a r í a M o r e l o s
S u
p a d r e L e o n a r d o B r a v o
e r a u n m i l i t a r
F u e
e l p r i m e r p r e s i d e n t e d e
M é x i c o
|
(Chilpancingo,
1776 - id., 1854) Militar y político mexicano que fue presidente de la
República entre 1842 y 1843 y en 1846. Fue hijo de un rico hacendado criollo,
en un ambiente de rechazo crítico a las actuaciones de la corona en Nueva
España.
Su padre Leonardo
y un hermano suyo participaron en los primeros levantamientos insurgentes,
por lo que en 1810, en plena juventud, Nicolás Bravo decidió incorporarse a
las fuerzas rebeldes mandadas por su padre, pasando en mayo del año siguiente
a servir a las órdenes de Hermenegildo Galeana, líder insurgente en el vecino
Estado de Morelos. Participó en diversas acciones, tanto en su tierra natal
(actuando en la vanguardia del ataque al pueblo de Chichihualco, donde tenía
la hacienda su familia) como en el Estado de Morelos, pero también extendió
sus correrías hasta Veracruz, distinguiéndose en la defensa de Cuatla, a las
órdenes del general Morelos.
En
el desarrollo de estas acciones, Nicolás Bravo adquirió la reputación de
soldado "generoso y magnánimo" (según don Lucas Alamán), al
perdonar la vida y otorgar la libertad a los 300 soldados realistas que en
agosto de 1812 habían caído en su poder en San Agustín del Palmar, cerca del
puerto de Veracruz. Se dio la coincidencia de que poco después recibió la
noticia de la prisión de su padre y la oferta de indulto del virrey si se
arrepentía y presentaba. Nicolás Bravo decidió liberar a los presos en lugar
de fusilarlos, para diferenciar la causa de la Independencia de la barbarie
virreinal, según relato del mismo a Lucas Alamán. Algunos autores llamaron a
este gesto "la venganza de Bravo".
Fue uno de los
oficiales que mayor prestigio y victorias ofreció a los seguidores de José María Morelos, al que acompañó en la
toma de Oaxaca y en el sitio de Acapulco. Acantonado en Chilapa, siguió desde
las tierras del sur las vicisitudes de la insurgencia y la convocatoria del
Congreso en Chilpancingo, donde apoyó el nombramiento de generalísimo a favor
de Morelos, su caída posterior tras la derrota de Valladolid y la dispersión
del Congreso.
En los primeros
meses de 1817, siguiendo órdenes de la Junta de Xauxilla, arrestó a Ignacio
López Rayón, que se negaba a obedecer la autoridad de la Junta. Poco después
se encerró en Cóporo, que defendió durante algunos meses. Finalmente, se
retiró a reponerse y descansar en la hacienda familiar, cercana a Chilpancingo,
donde fue hecho prisionero a comienzos de 1818. Trasladado a la ciudad de
México, permaneció en prisión hasta que, con motivo del cambio de régimen y
el triunfo constitucional, le llegó el indulto en 1820.
Adherido al Plan
de Iguala, reunió una fuerza militar con la que se presentó ante la ciudad de
Puebla, sitiada por el general Agustín de Iturbide.Tras esta acción Iturbide
le concedió el rango de coronel del ejército republicano. Nombrado Consejero
de Estado y miembro de la segunda Regencia del 11 de abril al 18 de mayo de
1822, asistió a la llegada del virreyJuan O'Donojú y participó en los
primeros enfrentamientos políticos que precedieron a la exaltación de
Iturbide como emperador.
Republicano
convencido, se opuso sin embargo en 1823 a las pretensiones del nuevo
mandatario y, junto con Vicente Guerrero, dirigente del ala más
liberal de la insurgencia, escapó de la capital y se adhirió a la revuelta
encabezada por Santa Anna en Veracruz. Se enfrentó con Guerrero al brigadier
Armijo y fue derrotado en la batalla de Almolonga (25 de enero de 1823),
entre Chilapa y Tuxtla. Tras numerosas acciones, formó con Antonio León una
Junta de Gobierno en Oaxaca e hizo su entrada en Puebla, al frente del
ejército llamado "libertador". Unido a los demás líderes
republicanos, consiguió la renuncia del emperador a comienzos de 1824.
En la división
política que siguió a la deposición de Iturbide, Nicolás Bravo fue
considerado uno de los primeros dirigentes de la masonería escocesa,
conservadora y centralista, frente a los grupos seguidores del embajador Joel
R. Poinsett, adheridos al rito yorkino, federalista y radical. Tras la
aprobación de la Constitución, el congreso lo nombró miembro del poder
ejecutivo que sucedió a Iturbide, cargo en el que cesó el 1 de octubre de
1824, al producirse la subida al poder de Guadalupe Victoria, que lo designó
vicepresidente. Representaba a la facción moderada, inclinada hacia una
solución borbónica y monárquica; y al cancelarse los artículos del Plan de
Iguala que abogaban por ella, encabezó el partido conservador, que pretendió
instaurar una República indivisible y centralista.
Siendo
vicepresidente de la República, encabezó en 1827 la rebelión conservadora en
apoyo de Gómez Pedraza frente a Guadalupe Victoria, tenido por excesivamente
radical, solicitando al mismo tiempo la expulsión del embajador Poinsett.
Bravo se enfrentó a Guerrero, pero fue derrotado y hecho prisionero ante la
ciudad de Tulancingo, por lo que se le sometió a un gran jurado que
solicitaba la pena capital. Sin embargo, el Tribunal Supremo, a petición de
sus numerosos seguidores, aceptó la indulgencia del presidente Victoria, que
le conmutó la pena por el destierro temporal. Exiliado en Guayaquil (Ecuador)
durante algunos meses, regresó al país tras la amnistía de 1829.
Al producirse ese
mismo año el nombramiento de Vicente Guerrero como segundo presidente de la
República, Nicolás Bravo consiguió que la vicepresidencia recayera en uno de
sus partidarios, el general Anastasio Bustamante. Se iniciaba de este modo
una de las crisis más graves del nuevo estado, ya que Bustamante encabezó una
revuelta política contra el presidente; era la expresión de una profunda
división entre ambos partidos, que acentuó la quiebra institucional. Con el
apoyo de Lucas Alamán, líder indiscutible del partido
conservador, Bravo ocupó el puerto y la fortaleza de Acapulco, de la que fue
posteriormente desalojado; sin embargo, en enero de 1831 logró vencer en Chilpancingo
a las fuerzas de su antiguo compañero de armas. Por esta acción el congreso
le otorgó una espada de honor, considerando esa batalla como decisiva para el
triunfo de los conservadores sobre la revolución. El posterior asesinato de
Guerrero vino a enturbiar la confirmación de aquella época de gloria.
En los dos años
de gobierno alamanista, bajo la presidencia de Bustamante, Nicolás Bravo se
mantuvo aislado y alerta en las tierras del sur. Atraído sin embargo por la
causa del general Santa Anna, participó en alguna de sus
acciones militares y obtuvo el mando del ejército del Norte, a pocos meses de
los desgraciados sucesos ocurridos en Texas y de la derrota de Santa Anna.
Inmediatamente después volvió a retirarse a Chilpancingo, donde permaneció
algunos años.
En 1839 el
general y dictador lo llamó nuevamente para que asumiera, en ausencia del
presidente Bustamante, la presidencia del Consejo, jurando el 10 de julio
ante el Congreso como presidente interino de la República, en medio de un
gran escándalo. Durante los diez días que duró su mandato, se dice que
atendió diligentemente a los asuntos de gobierno y que actuó con energía en
la represión de la delincuencia. Tras su cese, regresó algunos meses a su
hacienda familiar.
Elegido diputado
por el Estado de México, volvió al Congreso en enero de 1841 y fue elegido
presidente del Consejo, en sustitución y por ausencia del general Santa Anna,
tomando posesión el 26 de octubre de 1842. A pesar de su enfrentamiento con
un Congreso de mayoría liberal, que pretendía la redacción de una nueva
Constitución, gobernó con decisión y energía, llamó a Lucas Alamán para que
redactara un "Plan para el desarrollo de la industria nacional" y
ordenó la instalación en toda la república de Juntas de fomento comercial e
industrial.
|
|
R e s i s t e n c i a
F r a n c i s c o X a v i e r
M i n a
D e c l a s e
m e d i a b a j a
E s t u d i o l a t í n , m a t e m á t i c a s y
h u m a n i d a d e s e n P a m p l o n a , E s p a ñ a
S u s
p a d r e s J u a n M i n a
y M a r í a L a r r e a s e
d e d i c a b a n a l l a b r a d o
E r a
e l g e n e r a l d e
l a d i v i s i ó n a u x i l i a r d e l
c o n g r e s o m e x i c a n
o
L o
q u e l o m o t i v o a
u n i r s e a l a
g u e r r a f u e l a
i d e n t i f i c a c i ó n q
u e h a l l ó e n t r e
l a l u c h a d e
l o s
i n d e p e n d e n t i s t a s c o n
e l c o m b a t e a l
a b s o l u t i s m o
F u e
f u s i l a d o e l 1 1
d e s e p t i e m b r e d e
1 8 1 7
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(Francisco Xavier o Javier Mina;
Idocín, 1789 - México, 1817) Guerrillero español. Destacó en los dos asedios
franceses de Zaragoza. Unido a su tío, el general Espoz y Mina, formó una
guerrilla y luchó sin cesar contra los invasores en Navarra, Aragón y La Rioja,
hasta caer prisionero en el asedio de Labiano (1810).
Disconforme
con el absolutismo de Fernando VII, después de un fallido alzamiento contra
Fernando VII marchó a Londres, de donde pasó a México a luchar por su
independencia. En 1815, agentes de la insurgencia mexicana en Europa, entre los
que se encontraba fray Servando Teresa de Mier, se pusieron en contacto con el
liberal español, que decidió armar una expedición. El 15 de abril de 1817
desembarcó en Soto la Marina, donde leyó una proclama a los americanos.
Mina
identificaba la lucha de los independentistas con el combate al absolutismo; en
México, sin embargo, los insurgentes ya no luchaban por la Constitución de
Cádiz, y su iniciativa despertó la desconfianza de algunos. La expedición no
duró mucho; en 1817, Mina fue derrotado y hecho prisionero en el rancho El
Venadito, cerca de Guanajuato. Fue fusilado el 11 de noviembre de 1817.
G u a d a l u p e V i c t o r i
a ( J o s é M i g u e l
R a m ó n A d a u c t o F e r n á n d e z F é l i x )
D e c l a s
e a l t a
E s t u d i ó l i c e n c i a t u r a e n
d e r e c h o c a n ó n i c
o y
d e r e c h o c i v i l e n
S a n I l d e f o n s o
F u e e l
p r i m e r p r e s i d e n t
e d e M é x i c o
S e u n i ó
p o r u r s e e n c o m e n d ó a
l a V i r g e n m o r e n a y
l u c h o p o r l a
V i c t o r i a d e l a
c a u s a
i n s u r g e n t e
O
b t u v o l a c o m a n d a n c i a g e n e r a l d e
V e r a c r u z
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Militar e independentista
mexicano (Tamazula, Nueva Vizcaya, 1786 - San Carlos de Perote, 1846). Su
verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix y creció con su
tío el cura de Tamazula, Agustín Fernández. Estudió en el Seminario de Durango
y en el colegio de San Ildefonso de México.
En 1812
se sumó a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana y cambió su nombre
por el de Guadalupe Victoria, pues se encomendó a la Virgen morena y luchó por
la victoria de la causa insurgente. Destacó durante la toma de Oaxaca y se unió
a la tropa de Nicolás Bravo en Veracruz. Se dedicó a controlar el paso del
puente del Rey, por el que se hizo famoso debido a sus exitosos asaltos a
convoyes militares.
Por
ello fue ascendido a coronel y se encargó de la campaña de Veracruz. Defendió
los puertos de Nautla y Boquillas de Piedras, aunque los realistas consiguieron
recuperarlos más tarde. Victoria inició una estrategia de guerra de guerrillas
con ataques breves pero fulminantes. Además organizó un gobierno en el
territorio que dominaba, fijó impuestos para el sostenimiento de la guerra,
nombró jueces y las condiciones para la creación de una fuerza marítima. Logró
asediar y aislar las ciudades de Córdoba, Orizaba y Jalapa.
C o n s u m a c i ó n
A g u s t í n d e
I t u r b i d e
D e c l a s
e a l t a
E s t u d i
o e n e l
s e m i n a r i o d e V a l l a d o l i d ( a c t u a l M o r e l i a )
S u p a d r e
f u e u n t e r r a t e n i e n t e e s p a ñ o l
F u e e l
p r i m e r e m p e r a d o
r d e M é x i c o
P o r n
o p o d e r s o f o c a r l a
i n s u r r e c c i ó n d
e G u e r r e r o d e c i d i ó u n i r s e a é
s t a
O b t u v
o e l e x i l i o d e
E s p a ñ a , y a l d e s c o n o c e r e s t o
f u e a r r e s t a d o a
s u l l e g a d a y
f u s i l a d o
|
(Valladolid, actual
México, 1783 - Padilla, id., 1824) Militar y polítco mexicano. Hijo de un
terrateniente español y una criolla noble, Agustín de Iturbide se enroló en el
ejército realista a la edad de catorce años. Se negó a participar en la
insurrección contra los españoles, dirigida por el cura Hidalgo, y defendió la
ciudad de Valladolid contra las fuerzas revolucionarias; su notable actuación
le valió el ascenso a capitán.
Con
este nuevo grado, Agustín de Iturbide combatió a las guerrillas indígenas, y
acabó por capturar a Albino Licéaga y Rayón, logro que le valió un nuevo
ascenso. Posteriormente, fue nombrado comandante general de la provincia de
Guanajuato, donde se distinguió por su implacable persecución de los rebeldes.
Diversas acusaciones (abuso de autoridad y malversación) propiciaron que el
virrey Calleja lo destituyera, pero fue absuelto de todos los cargos gracias al
apoyo del auditor Bataller.
Con
treinta y siete años fue nombrado comandante general del Sur y se le encomendó
la tarea de sofocar la insurrección de Guerrero, una de las últimas que
continuaban en liza. Al no conseguirlo, se reunió con éste y, juntos,
presentaron el denomindo Plan de Iguala, en el que se proclamaban tres
garantías: la independencia de México, la igualdad de derechos para españoles y
criollos y, por último, la supremacía de la Iglesia Católica. Rápidamente, el
ejército trigarante pasó a dominar todo el país. En vista de ello, el nuevo
representante del rey de España, Juan O'Donojú, firmó el tratado de Córdoba,
por el que se reconocía la independencia de México.
Un
año más tarde, Iturbide se autoproclamó emperador (Agustín I), si bien muy
pronto hubo de enfrentarse a una conspiración de carácter republicano. Decidió
entonces disolver el Congreso y nombró una Junta que actuaba por completo a su
servicio. En contra de estas medidas, el gobernador de Veracruz, el general
Santa Anna, resolvió proclamar la República, e inmediatamente recibió el apoyo
de otros generales, e incluso de las tropas que en principio debían acabar con
la revuelta. Por último, Iturbide se vio obligado a abdicar. Se exilió en
Europa (1823) y un año después volvió a su país, ignorante de que allí había
sido condenado a muerte. Detenido a su llegada, fue fusilado a la edad de
cuarenta y un años.
V i c e n t e G u e r r e r o
D e c l a s e
m e d i a a l t a
R
e c i b i ó u n a e d u c a c i ó n c o m p l e t a e n s u
c i u d a d n a t a l a
t r a v é s d e p r o f e s o r e s p a r t i c u l a r e s
S u s p a d r e s s e
d e d i c a b a n a l t r a b a j o d e l
a r r e o
F u e u n
m i l i t a r y e l
s e g u n d o p r e s i d e n
t e d e M é x i c o
F u e t e s t i g o d e l
a r r i b o d e l a s
t r o p a s d e M o r e l o s e
I s i d o r o M o n t e s d e
O c a , s i e n d o a h í
c o n v e n c i d o d e
u n i r s e a l m o v i m i e n t o
S
u f r a s e " M i p a t r i a e s
p r i m e r o " , e
s e l l e g a d o d e l
e s t a d o d e G u e r r e r o , l l a m a d o a s í
e n s u
h o n o r
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Militar y revolucionario
mexicano (Tixtla, actual Guerrero, 1783 - Cuilapan, 1831). Vicente Guerrero
provenía de una familia de campesinos y arrieros de origen mestizo.
En
1811 tuvo contacto con Hermenegildo Galeana, quien lo convenció para que se
uniera al movimiento independentista, pues había sido enviado por José María
Morelos para tomar Taxco. Morelos reconoció los méritos de Guerrero y le otorgó
el grado de capitán, ordenándole instruirse en el manejo de las armas,
fabricación de pólvora, estrategias de guerra, etc.
En
1812 tomó parte en la conquista de Oaxaca, y de nuevo por su demostración
continua de valor fue ascendido a teniente coronel. Comisionado por Morelos
para que reforzara la zona costera del sur, Vicente Guerrero conquistó Puerto
Escondido, Santa Cruz de Huatulco y participó en la toma de Acapulco.
En
1814, Guerrero y su ejército escoltaron a los miembros del Congreso a
Tlacotepec para darles seguridad, y después fue enviado a la mixteca como apoyo
a las fuerzas insurgentes de Juan N. Rosáins y Ramón Sesma. Su táctica
consistía en ataques sorpresivos y rápidos, lo cual le dio gran fama por su
efectividad.
En
1815, con la aprehensión y fusilamiento de Morelos, Guerrero se replegó a la
sierra del Sur. Los jefes insurgentes Rosáins y Sesma aceptaron el indulto del
gobierno. El virrey Apodaca intentó coaccionar a Guerrero, valiéndose de su
padre, para que también lo aceptara él, pero se negó. En 1818 Guerrero,
reconocido como general en jefe del ejército del Sur, mantenía contacto con
Pedro Ascencio, en la zona de Iguala y Taxco.
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